martes, 20 de marzo de 2007

Sabrina Garciarena en revista Luz

La nueva heroína de las telenovelas de la tarde dice que en su vida conviven tanto la niña angelical como la poderosa femme fatale. A sus 24 años, demuestra estar bien plantada en su profesión y aunque aún lamenta su separación con el actor Pepe Monje, confiesa que a la hora de enamorarse ninguna previsión es suficiente.
No está mal decir que hay algo esotérico y volátil en la impronta de Sabrina. Ella misma lo admite, y además de contar que hace yoga y que este año empezó a meditar, sus palabras se transforman por momentos en pequeñas gotas de vapor distante. “Perdoname, me colgué”, responde a veces, tras una breve pausa y una mirada perdida. Reflexiva, la chica se toma su tiempo para responder y si la respuesta no le gusta, vuelve sobre sus pasos. O no, como diría ella. Su carrera, no obstante, muestra una firme y coherente línea progresiva. Comenzó en la actuación cuando tenía sólo 16 años y de la mano de varios “bolos” (en Rebelde Way y Son amores) fue haciéndose su lugar en los canales. Con el tiempo, sus horas de aire fueron alargándose y entre otras tiras pasaron Culpable de este amor, Costumbres argentinas, Una familia especial, Se dice amor y ahora, La ley del amor (donde vuelve a compartir cartel con su “madre” de siempre, Soledad Silveyra). Cultora del perfil bajo, este año vio cómo su nombre se repetía en las revistas del corazón luego de que su relación con el actor Pepe Monje terminara tras dos años y medio de noviazgo. Si bien el tema, es evidente, aún le molesta, tampoco es de poner caras largas cuando le pregunten por ello. Optará, sutilmente, por un breve silencio, matizado con alguna que otra suave palabra. Con ese mismo tono de voz confesará luego ser “algo chapada a la antigua”, que prefiere -para escribir- los viejos diarios “con candadito” a los modernos y públicos blogs del ciberespacio. Con ustedes, Sabrina Garciarena, una actriz de la ¿nueva? generación.


-Luego de un año intenso de tele, ¿qué te llevó a decirle sí a La ley del amor?
-Muchas cosas. Primero me motivó el hecho de seguir en Telefé, con el cual llevo una relación de años. Me siento muy cómoda ahí, sé que parece una frase hecha, pero de verdad siento que el canal es una gran familia. Por otro lado, la propuesta estaba buena, con un elenco increíble… Sumaba por todos lados.

-¿No tenés miedo de quedar encasillada como la chica de las novelas de la tarde?
-Esto es lo que me ocupa ahora y está buenísimo que sea así. Por lo demás, yo estoy siempre pensando cosas, proyectos. Ahora estoy con ganas de producir una obra de teatro en el circuito off. Estoy convencida que el día que no aparezca algo que me interese mucho, lo voy a terminar generando yo.

-Tu personaje en la novela, Carolina, es una muchacha bastante comprometida con la realidad social del país, ¿cuánto de eso hay en vos?
-Muchísimo menos, pero bueno, por su historia personal, ella tiene permanente contacto con esos temas, yo no. De cualquier forma, sí creo que todos los días algo se puede hacer. Hay, por ejemplo un grado de intolerancia en la calle muy complicado que está bueno “combatir”. Con lo que no logro engancharme, y no sé por qué ya que soy muy curiosa, es con la política. Quizá no debería decirlo pero es la verdad. Me aburren las páginas de política de los diarios.

-¿Qué hacés en tu tiempo libre? Venís grabando bastante e imagino que no debe ser muy común un día entero de descanso.
-Hoy, por ejemplo, fue uno de esos días. Aproveché para ir a la dermatóloga, ordené mi casa y cociné, que es algo que no hago casi nunca. ¡Ah! Y vi la novela. No es por un tema de vanidad, para mí es muy importante verme. Estoy en un proceso de aprendizaje constante y eso te ayuda mucho a la hora de mejorar, corregir tics.

-¿Pensás volver a la pantalla grande (actuó en Gauchito Gil, estrenada en el Malba)?
-Sí, claro. Lo que más me atrae del cine son sus tiempos, mucho más largos que los de la tele. El oficio que te da una tira está buenísimo pero el cine te permite crecer en el proceso creativo. Ahora, justamente voy a filmar una participación en la película de Marcos Carnevale.

-Epa, con Facundo Arana… Imagino que las versiones de romances no tardarán en llegar. Ahora los dos son solteros y codiciados…
-(Sonríe incómoda) Sí, encima voy a hacer de novia de él… Sé que el medio es así, que cada tanto van a estar inventándome parejas. Pero no me importa, yo soy libre y hago mi vida. Como siempre digo, si no querés, no te ven.

-¿Estás sola ahora?
-(Pausa larga) Sí, pero es un tema del que no quiero hablar. Por respeto a esa persona (habla de Pepe Monje), con la cual hay mucho amor, prefiero no hablar.

-En una nota dijiste que ahora preferías mantener toda tu energía en el trabajo. ¿Es realmente tan así? ¿No creés que el amor tiene algo de impensado?
-Sí, claro, pero esas cosas pasan siempre con las revistas, te encontrás con frases que no dijiste. O al menos no del todo. Yo siempre pongo la energía en el trabajo pero eso no quiere decir que sea lo único de mi vida. Salgo con mis amigas, voy a clases de inglés, tango, teatro, hago yoga. De vez en cuando escribo y dibujo… Soy inquieta y curiosa por naturaleza.

-¿Y por qué decidiste ser actriz?
-Fue una cosa extraña. En casa somos cuatro mujeres y un hermano mayor y yo siempre era la que llamaba la atención. Sin darme cuenta, cada vez que contaba algo, me paraba en la mesa y hacía toda la representación. Siempre tuve esa cosa histriónica.

-Siendo una familia ajena al espectáculo, ¿cómo se llevan con el tema de tu exposición?
-Te diría que hasta están más acostumbrados que yo. Cuando fue el primer capítulo de La ley del amor, ¡ninguno me llamó para decirme nada! Estaba re enojada. Entiendo que lo tengan naturalizado pero está bueno que de vez en cuando me digan qué les pareció…

-¿Cómo fue contarles que ibas a hacer un desnudo en cine (para la película española Condon express)?
-Es que tampoco fue gran cosa. Ni siquiera se trataba de una escena de sexo. Lo que pasó es que todos levantaron lo que puso una cronista al respecto, que la escena duró 12 horas, y se armó la gran bola. Cuando conté eso en realidad me refería a las jornadas de grabación del cine en general. Igual, la película nunca se estrenó acá. El único parámetro que tengo es el de Marcelo Piñeyro, que la vio en Madrid y me dijo que le encantó.

-¿Volverías a hacerlo?
-No, o sí, qué sé yo… (ríe) A mí me gusta actuar, soy actriz, me pagan por eso y no puedo cerrarme a nada. En ese momento, igual, estaba como más curiosa. Ahora tengo un poco más de idea de qué quiero hacer. Leo un guión y sé puntualmente si me gusta o no.

-¿Qué cosas pensás debe tener una actriz para consagrarse?
-Amor a lo que hace, dedicación, estudio, paciencia… La paciencia es muy importante, sobre todo para la tele, donde todo es muy rápido y las carreras se arman en un toque. En esa vorágine, está bueno darse un tiempo. Más allá de esto, creo que no hay fórmulas, si no, todas estaríamos haciendo lo mismo.

-¿Tenés algún modelo a seguir?
-Me gusta mucho la carrera que está haciendo Julieta Díaz. En tele hizo muy buenos unitarios, hace el teatro que quiere, lo mismo que en cine. Y en el medio, además, siguió formándose constantemente.

-En general, ¿estás pendiente de la reacción de la gente en la calle?
-Soy medio colgada y muchas veces me olvido que soy “conocida”. Voy caminando como si nada. En un shopping, una chica me paró una vez y se largó a llorar desconsolada. No sabía qué hacer… La madre me trataba de explicar que “me amaba”, pero igual fue medio tremendo. Por suerte, el público femenino tiene muy buena onda conmigo, me paran y me dicen, ‘¿te puedo sacar una foto? es para mi novio que está enamorado de vos’… Está bueno eso.

-Y los hombres, ¿se te acercan?
-Sí, pocos, pero sí.

-¿Qué tendría que tener el que busque conquistarte?
-No lo sé, no puedo contestar eso. Me parece que en el amor, las características personales no son lo más importante. Hay algo como mágico que cuando llega, llega, sin pedir permiso a nadie.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ME llamo Andrea, tengo 31 años. Creo que sabrina es una mujer bella. Una belleza angelical. Moriria por pasar una noche con ella y un buen champan. Lameria su vagina y su clitoris con una suavidad que eleve a Sabrina hasta las nubes. Introduciria mis dedos lentamente para finalmente penetrar toda mi mano y un poco de mi brazo en su concha. Comeria sus senos como bebe recien nacida. y por ultima besaria y escupiria su cola, introduciendo mi lengua y todos mis dedos.

Anónimo dijo...

me llamo karina tengo 18 años sos muy linda mujer y un ejemplo a seguir..... sos re copada y me caes muy bien.suerte en tu trabajo y muchos exitos en lo sentimental

Anónimo dijo...

hola sabrina te digo que sos una mujer hermosa te cojeria por tu cola toda la noche hasta que no des mas y vos me chuparias toda mi pija y por ultimo te haria un bebe

Anónimo dijo...

soy marcos..hola sabry sos mi actriz favorita,sos hermosa y te deseo mucha suerte, te quiero mucho y espero verte en la tele pronto!besos!

Anónimo dijo...

che, que bajón tener una horda de pervertidos infelices siguiente vía internet.

espero nunca ser famoso.

que buda os proteja.

atte. Nicolás Cabré

Anónimo dijo...

soy marcos, hola sabri sos una idola y la verdad...agunte nico cabre...tiene razon...son unos pervertidos infelices..

Anónimo dijo...

SABRINA NO TE IMAGINAS LA COGIDA Q TE PEGARIA,NO TE SOLTARIA LA CONCHA HASTA VERTELA SANGRAR,DE HAY HARIA LO MISMO CON CADA UNO DE TUS ORIFICIOS!!! TE LOS LLENARIA DE LECHE , ACABARIA EN TU BOCA HASTA HACERTE VOMITAR!!!TE COGERIA 150 VECES EN EL DIA,Y EL DOBLE POR LAS NOCHES!!!